Postales y Cartas

Tengo un amigo que le encanta contar cuentos y a mí escuchar sus historias, y como a través de su voz puedo vivir vidas ajenas e incluso a veces, verme reflejada en sus historias. -Cuenta que tiene un amigo qué como para muchos, el domingo es el día de resaca, se pasa todo el día tumbado en el sofá, haciendo zapping en las mil unas cadenas sin nada que ver, este chico curiosamente no es aficionado al fútbol….y como cada tarde de domingo estaba tumbado sin saber que hacer…”sonó el teléfono y respondió a la llamada, al otro lado del teléfono una voz de mujer-¿hola qué tal? Y él sin saber quién era dijo,bien y ¿tú? Y de este modo iniciaron una conversación que se mantuvo hasta altas horas de madrugada y ella le dijo a él, “perdona pero tengo que colgar porque mañana madrugo”…………….. Pasó la semana y este chico nuevamente estaba tumbado en el sofá, esa semana a penas pensó en aquella mujer, pero cuando sonó de nuevo el teléfono, -uy, un pellizco el estómago, ¡pensó, será ella! Y sí, er

“ Muy despacio ha caído la tarde, se acerca la noche, es una buena noche de verano,ha refrescado, ¡¡menos mal!!, ha sido un día muy caluroso y la humedad casi no me dejaba respirar… Ahora hemos bajado a dar un paseo por los alrededores del hotel, a penas hay ruido exterior, el centro del pueblo queda a unos 10 minutos  de aquí…; sín querer el paseo nos ha conducido al centro, empieza el bullicio típico de una noche de verano, la risa de unos niños me hace mirar hacia un  carrusel de feria…., (a mí me encantaba pasearme en ese tipo de carricoche) según bajamos ya nos hemos mezclado con los habitantes de este pueblo, la gente pasea despacio, se saluda cordialmente, abrazos, risas y miradas de complicidad entre ellos, el caminar nos está conduciendo hacia la plaza del ayuntamiento (parece que algún acontecimiento importante para el pueblo acaba de terminar, mucha gente viene caminando hacia nosotros, que curioso, un fraile capuchino nos ha saludado..., nos seguimos encontrando más y má